domingo, 18 de noviembre de 2007

¿Por qué no te callas?

¿Por qué no te callas?” debe ser una frase que cualquier hispanohablante ha soltado a lo largo de su vida más de una vez. Podríamos decir que es algo cotidiana, pero basta que la haya dicho un rey, y especialmente al presidente Chávez de Venezuela para que haya retumbado en nuestros tímpanos como el martillo de Thor o el trueno provocado por el rayo de Zeus. El caso es que la frase está teniendo un éxito mediático muy grande y justo, antes de ponerme a escribir estas líneas, he visto que se subasta en Ebay el dominio”porquenotecallas.com”, y su cotización va ya por 10.000 euros con 54 pujas. Puede que nadie los pague realmente, pero sí llama la atención que la página tenía en el contador de visitas en el momento de acceder yo el número 47891, un guarismo muy alto para lo que se suele dar el las páginas de esta web.


Realmente no es de esto último de lo que quería hablar. Sí del “¿Por qué no te callas?” real.

Esta frase está a la altura de la castiza “esto se hace por que me da la real gana”. Es decir en las dos frases hay algo en común, “REAL”. En el subconsciente colectivo existe la idea que la máxima voluntad y poder reside en la palabra “real”. Quizás sea un residuo histórico que nos quede de la época de las monarquías absolutas, el caso es, que si esta frase hubiera salido del presidente de gobierno Rodríguez Zapatero, no hubiera tenido ese impacto. Él no es rey. Pero al salir de la boca de don Juan Carlos I, se ha dado la conjunción de la voluntad real y del mandato real, es decir de la máxima expresión de poder. Por eso ha enfadado tanto al presidente venezolano. En el fondo él ha sentido que el rey estaba por encima de él, que trata de conseguir perpetuarse en el poder vitaliciamente. El rey ya lo tiene.

Pero hecha esta reflexión, ¿Ha sido la frase afortunada en un rey que es constitucional y democrático?. Desde mi punto de vista ¡no!. El rey se ha visto traicionado por su humanidad (no por su humanismo), no creo que lo haya dicho por creerse, cual rey absoluto, por encima del resto de los mortales. Creo que estaba hasta los mismísimos de aguantar las diatribas de Chávez, y explotó. Más eso no le exime de su responsabilidad ni de sus consecuencias, las que creo, no serán buenas. Desde luego la diplomacia gubernamental tendrá que hacer todo lo posible por atajar esta crisis. La debilidad de la diplomacia española es evidente, no sólo en este asunto, si no en muchos otros que ahora no vienen a colación.

Quizás el rey pudiera haber soltado esa frase si hubiéramos tenido una Armada apuntando con sus cañones a Maracaibo y fuéramos la primera potencia militar del planeta. Puede que muchos españoles estén contentos con la pregunta retórica del rey “¿Por qué no te callas?” . Hay quien dice que es cuestión de tamaño testicular. Y, como somos viscerales, nos creemos los mejores, y con un “a por ellos, ¡oé!” pensamos que hemos ganado con ello la copa del mundial de fútbol. El caso es que no hemos ganado nada. Las empresas españolas están más amenazadas que nunca en Venezuela, y las de Bolivia y Nicaragua están con sus barbas a remojo. ¡Ay si tuviéramos una armada!.

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